Caribe

Déjame que te hable de algo que es el principal abastecimiento de agua existente a lo largo de toda la selva de la Península de Yukatán, los “cenotes”.

Son unas depresiones geológicas que se abastecen de agua a través del laberinto de ríos subterráneos existentes bajo la superficie de la Península de Yukatán, como si de un queso de gruyere se tratase.

Para los antiguos Mayas, los cenotes no eran solo una fuente de abastecimiento de agua, ellos los consideraban como la puerta de acceso al “Xibalbá” (inframundo).

En mi última visita a uno de ellos, tuve la gran fortuna de presenciar un fenómeno natural que únicamente se produce durante 20 días al año y solamente dura 20 minutos, te cuento.

El cenote en cuestión es un cenote de caverna, básicamente es una cueva inundada de agua con sus estalactitas y formaciones de miles de años de antigüedad, también los hay abiertos y semiabiertos.

Cuando llegamos a una amplia sala al final de la caverna, mientras estábamos formando un círculo escuchando las explicaciones del guía, advertí como en el centro de la sala un reflejo de luz que entraba por una abertura en el techo.

El reflejo se hacía más intenso según pasaban los minutos, ese rayo de luz, procedente del exterior, se reflejaba en el agua y llegaba hasta el fondo, en ese punto la profundidad era de unos 4 metros.

Solamente durante 20 días al año, la posición del sol permite, durante 20 minutos, que sus rayos entren por una pequeña abertura al exterior ubicada en el techo de la caverna.

Me gustaría que tú también pudieses vivirlo de alguna forma, si quieres ver el video que grabé, solo dura 1 minuto y creo que te gustará, PULSA AQUI